Pintor nicarag眉ense considerado de gran importancia en Latino Am茅rica. Introdujo una visi贸n universal con el uso de elementos no tradicionales en la pintura Nicarag眉ense. Fundador del Grupo, galer铆a y revista Praxis. Reconocido por prestigiosos cr铆ticos de Latino Am茅rica, Estados Unidos y Europa. Ha realizado exposiciones individuales en importantes museos de Am茅rica y Europa. Trabaja en t茅cnica mixta, collage y texturas sobre tela dentro del paisaje tel煤rico y lacustre nicarag眉ense.
(b. Bluefields, Nicaragua, 1933).
Alejandro Arostegui studied at the School of Architecture at the University of Tulane, New Orleans from 1953 - 54. From 1955-1962 he studied art at the Ringling School of Art, Sarasom, Florida; the Academia de San Marcos in Florence, Italy (under the direction of Primo Conti), and the Ecole de Beaux Arts, Paris, France (under the direction of M. Leugeult). In 1963 he chose to return to his native Nicaragua and became Professor of Anatomy at the Escuela de Belles Artes, Managua, Nicaragua. This same year Arostegui, along with other young artists and intellectuals, created the Praxis Group and Gallery. This group introduced new techniques and concepts that were adapted to the Nicaraguan reality, and contributed to the emergence of a new approach to creating art in Central America. In 1967, Arostegui moved to New York City where he remained for 5 years. On his return in 1971 he reorganized the Praxis group and established the Praxis Magazine. He
Alejandro Ar贸stegui, nacido en 1935 en Bluefields, Nicaragua, es un artista de temperamento recatado y meditativo. En 1963 supo encabezar en su pa铆s un movimiento que contribuy贸 a desarrollar y actualizar la producci贸n art铆stica a partir de las facultades individuales y de las posibilidades por dem谩s estrechas de un ambiente calificado por 茅l y sus primeros compa帽eros de aventuras como “hostil y mezquino”. Cuando junto con el escritor Amaru Barahona y el pintor C茅sar Izquierdo fund贸 en Managua el Grupo Praxis y la galer铆a del mismo nombre como centro de reuni贸n y difusi贸n, Ar贸stegui llegaba de redondear un ciclo formativo (1954-1962) en Estados Unidos y Europa: estudios de arquitectura en la Universidad de Tulane, y de arte en la Ringling School of Art de Sarasora, en la Academia de San Marcos en Florencia y en la 脡cole de Beaux Arte de Par铆s. Su iniciaci贸n, la hab铆a hecho en la Escuela de Bellas Artes de Managua en 1952. Fue en Par铆s donde la sacudida causada por tres experiencias est茅ticas har铆a emerger su propia personalidad: la obra de Jean Dubuffet y el art brut las arpilleras quemadas y los metales oxidados de Alberto Burri, y los cuadros de los pintores espa帽oles que hab铆an coincidido en agrupamientos de avanzada como El paso o Dau al Set (Manuel Millares, Antoni T谩pies, Rafael Canogar, Luc铆o Mu帽oz, Antonio Saura, Modest Cuixart). Eran los a帽os de exaltaci贸n del art autre cuando se dio prominencia a la materia fuerte y expresiva elaborada con arenas, maderas, telas, objetos encontrados. Se rompi贸 con normas tradicionales, se acentuaron relieves, se redujo la variedad de colores.
Ar贸stegui ha trabajado por series, de manera sistem谩tica. Bastar谩 recordar las denominadas Petroglifos (1974) y Cer谩mica nicarag眉ense (1975) para se帽alar su indagaci贸n en torno a los vestigios prehisp谩nicos y a las artesan铆as populares de su pa铆s, aunque no siempre la sustancia po茅tica que le brinda Nicaragua se concrete en asuntos tan precisos. El paisaje, por ejemplo, es representado en s铆ntesis de tal manera apretada que monta帽as, volcanes y lagos quedan convertidos en signos relativos al espacio, la soledad, el peligro, la quemante luminosidad, las atroces fuerzas tel煤ricas ocultas.
El terremoto del 23 de diciembre de 1972 destruy贸 casi toda Managua y puso fin a la segunda etapa de Praxis. La primera hab铆a culminado en 1966, a帽o en que Ar贸stegui es invitado por Jos茅 G贸mez Sicre a exhibir en Washington y permanece en los Estados Unidos durante cinco a帽os. El entonces director de Artes Visuales de la Uni贸n Panamericana supo percibir en sus cuadros cualidades que actuar铆an como vectores de desarrollo en el arte de Ar贸stegui:
Su paleta se inclina hacia turbios y neutrales matices, quiz谩s inspirada en los colores de los dos grandes lagos de Nicaragua. Las figuras y los paisajes son delineados en impasto, haciendo uso el artista de texturas arcillosas a las cuales les incorpora huesos, valvas y piedras, sea particularmente o en combinaci贸n. Si hay reminiscencias de las formas de Giacometti o de las calidades de Dubuffet —dos de partida para Ar贸stegui—las pinturas est谩n impregnadas de la propia personalidad del joven nicarag眉ense.
Entre los materiales que Ar贸stegui adher铆a a la base pict贸rica no aparec铆an todav铆a las latas, determinantes de un lenguaje tan original como propio. Quiz谩s fue el inmenso basurero de escombros dejado por el sismo (que el gobierno dictatorial de Anastasio Somoza no se molestaba en limpiar) lo que lo inclin贸 al uso de latas aplastadas. Se encontraban por todos lados, como expresivos testigos de una precaria normalidad. Inicialmente las us贸 sin modificarlas; se pod铆a reconocer los servicios prestados: latas de sardinas, latas de cerveza, latas de lubricantes. Pero una lata aplastada reconocible posee la elocuente emotividad de una forma degenerada y una utilidad degradada, imponiendo en cualquier composici贸n su autonom铆a argumental. El paso siguiente consisti贸 en convertir las latas en chatarra an贸nima, lo que permit铆a poner en funci贸n valores esencialmente pl谩sticos: oxidaciones, brillos, arrugas, ofreciendo al tacto visual (los ojos saben tocar) texturas in茅ditas que sorprendieron a artistas tan avezados como el puertorrique帽o Antonio Martorell, quien le dec铆a a Ar贸stegui en una especie de carta abierta que se public贸 en la revista Plural en abril de 1982:
Toda tu obra es una regeneraci贸n de escombros, un basurero nutricio. El amoroso tratamiento de material tan deleznable, su sacralizaci贸n misma le otorga un profundo sentido religioso de fe en la vida y de rescate de la muerte [...] El espectador se asombra y sobrecoge ante estas presencias. Lo cotidiano se hace extraordinario, el desecho se convierte en tesoro.
Quiz谩s estas amorosas palabras fraternales indujeron a Ar贸stegui a convertir las latas en objetos preciosos (para lo cual las retoc贸 con barnices y colores), puestos con solemnidad ritual en mesas o en cajas cuyos vol煤menes virtuales quedaban resaltados con luces de artificio escenogr谩fico que acentuaban masas y perspectivas.
En 1978, para un folleto editado por la galer铆a Praxis a manera de proclama p煤blica frente a la crisis final del somocismo, Alejandro Ar贸stegui escribi贸:
Creo que en estos momentos de represi贸n y ataques b谩rbaros por parte del somocismo hacia las libertades esenciales del nicarag眉ense, cuando la injusticia campea por todos los 谩mbitos del pa铆s, todo acto cultural o de cualquier otra naturaleza que no sea de acusaci贸n, repudio o lucha contra el r茅gimen, viene a ser como una burla a los que han ca铆do y luchan por la liberaci贸n del pa铆s. No debernos contribuir a presentar una imagen de normalidad por medio de actos que, por muy culturales que sean, no reflejan el estado ca贸tico y de lucha de la sociedad nicarag眉ense. Por eso apoyo la decisi贸n de la galer铆a Tag眉e de suprimir todos los actos programados para el presente a帽o en el 谩mbito nacional y voluntariamente aplazo, hasta mejores tiempos de libertad, la exhibici贸n personal de mi obra que debi贸 efectuarse en el presente a帽o.
Poco despu茅s del triunfo, en 1979, de la Revoluci贸n Popular Sandinista, debido a que su esposa, la escritora Mercedes Gordillo, fue nombrada representante cultural del Gobierno de Reconstrucci贸n Nacional, la familia se estableci贸 en M茅xico. Aqu铆 Ar贸stegui sigui贸 produciendo y en 1982, en el Museo de Arte Moderno de Chapultepec pudo presentar la exposici贸n Objetos y texturas, 1975-1982, con 48 piezas en t茅cnicas mixtas y collages. Fue la primera muestra personal que realizaba en la nueva situaci贸n hist贸rica de Nicaragua. Los definitivos acontecimientos sociopol铆ticos no hab铆an interrumpido ni alterado su discurso visual, caracterizado por una manera depurada a la vez que simb贸lica. No era la suya una cr贸nica visual ni un imitativo reflejo realista. Su consistente trabajo se hab铆a concentrado en el establecimiento de un repertorio de equivalencias, por medio del cual resguardaba en todo momento la plena autonom铆a del lenguaje pl谩stico. Las grandes conmociones en el arte de muchos pa铆ses le hab铆an dado elementos para desarrollar sus propios abordajes.
Testigo sensible de la tragedia, el desvalimiento, la marginaci贸n, los cr铆menes sociales y ecol贸gicos que hab铆a atravesado Nicaragua, golpearon su sensibilidad. Su severidad cr铆tica no le permiti贸 expresiones superfluas; las brutales circunstancias en que se hab铆a desenvuelto su comunidad no lo hubieran admitido. En 1971, con dolor amargo, le dijo al poeta Francisco de As铆s Fern谩ndez para una entrevista publicada en la revista Taller de los estudiantes universitarios:
Uno de los problemas m谩s grandes que afronta un artista en Nicaragua es el conservar su lucidez.
Su posici贸n est茅tica se hab铆a definido en 1963. Despu茅s sobrevinieron etapas de superaci贸n. El color, las texturas, las tradiciones culturales de Nicaragua dieron sustento a su forma y a su tem谩tica. Las transformaciones de Ar贸stegui est谩n estrechamente ligadas al desarrollo del arte nicarag眉ense, cuyo crecimiento contempor谩neo se sit煤a justamente en los a帽os sesenta, cuando surge el Grupo Praxis. Las precarias posibilidades indicaban como indispensable la unidad de las fuerzas progresistas en cualquier campo, as铆 lo comprendieron los artistas pl谩sticos. Ellos fueron protagonistas del proceso democr谩tico antes y despu茅s de la revoluci贸n. Inmersos en el proceso hist贸rico del pueblo, defendieron el derecho a producir un arte con valores de actualidad. No pusieron condiciones; hicieron obra. Al instaurar una especie de rebeli贸n de las cosas, los cuadros de Ar贸stegui integran una sublevaci贸n espiritual.
Los envases desechados parecieran, en su obra, negarse a morir y se ubican, aplastados, en espacios metaf铆sicos donde adquieren vibraciones org谩nicas. El peso apocal铆ptico de la basura en nuestro mundo, el exceso de basura por deformados procesos de industrializaci贸n y comercializaci贸n conforman su tem谩tica. Los envases como s铆mbolos, como iconos, como signos de colonizaci贸n y enajenaci贸n se instalaron en el lenguaje de Ar贸stegui y se convirtieron en materia comunicativa con un agresivo potencial expresionista. Quiz谩s la raz贸n primera de su largo discurso simb贸lico se haya originado al observar el bello Lago de Managua convertido por los explotadores y depredadores en un feo basurero rodeado de habitaciones miserables. La naturaleza, su feracidad y sus esplendores no eran utilizados en beneficio del hombre sino en degradado dep贸sito de sus despojos, un infierno de latas, envases de pl谩stico y zopilotes.
En un parad贸jico proceso de resemantizaci贸n, el miserabilismo de los objetos fue cambiando hasta convertir los aplastados envases en cosas preciosas. Instalada en la superficie del soporte pict贸rico, la basura se ha convertido muchas veces en algo abstracto. Desprendidas del argumento original, y manipuladas fuera del naturalismo y del realismo, las latas han ido perdiendo su carga cr铆tica hasta volverse textura o parte de una austera y solemne composici贸n decorativa, que no es anodina ni insignificante. Implantadas en mesas, en paisajes, en muros, existen como sugerencia, como met谩fora, como contradicci贸n no traducible a otros lenguajes.
En la composiciones de Ar贸stegui la parte propiamente pict贸rica debe poseer una densidad visual equivalente a los metales aplastados. Para lograr esa materia apropiada el pintor mezcla acr铆lico con cemento y arenas de diferentes gruesos. El trabajo de alba帽iler铆a es de gran finura artesanal, pues la coloraci贸n, la luz y el valor t谩ctil son trabajados simult谩neamente, dejando efectos secundarios para la etapa de acabado, realizada con acr铆lico, 贸leo y barniz para las latas, que previamente fueron sometidas a un complejo tratamiento. Sobre el oficio y sus alcances le dijo en 1971 a Francisco de As铆s Fern谩ndez:
Un artista de nuestro tiempo no puede desligar los problemas t茅cnicos de los de otro orden: son 铆nter relativos. Muchas veces es el tema o los materiales usados por el pintor los que preceder谩n o dictar谩n la t茅cnica. Otras veces suceder谩 lo contrario (la t茅cnica que se est茅 usando sugerir谩 nuevas posibilidades e ideas) y tambi茅n hay per铆odos de estancamiento en que el artista simplemente copia de sus trabajos anteriores.
(Fragmento del art铆culo de la edici贸n “Nuevo realismo y postvanguardia en las Am茅ricas).
*Cr铆tica de arte.
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Smashed shiny cans contrast with the smooth surfaces of the tabletops. The wrinkled commercial objects are adornments on masked men or fit between abstract landscape layers. The brilliant sun is a discarded lid and the moon is manipulated metal. A hand, ink and pen unite in their difference, all contrived of recycled industrial materials.
Alejandro Ar贸stegui is without a doubt one of the great activists of all time for Nicaraguan painting and a compelling reference in Central American contemporary art. For decades, his crushed cans and collaged objects are the focus of his imagery and are included in many private and public collections. He used trash in his art long before the trend for being green existed, not as endorsement for recycling, but as indignation.
The smashed cans did not appear as his personal signature until the earthquake of December 23, 1972, that destroyed most of Managua, the capital of his country. He was annoyed that then Dictator Anastasio Samoza did not bother to clean up the city. Bright and wrinkled, the crushed cans were an emotional, elegant show of the waste. The incredible textures became symbols for anonymous junk and plastic values. For Ar贸stegui it was a time of rediscovery of the landscape and the subhuman conditions of marginalized neighborhoods… a landscape of trash.
Ar贸stegui was born in Bluefields, Nicaragua in the mid 30s. He returned to his native country after attending Tulane University in the States for architecture and studying art in Italy and France. In 1963, with other artists and intellectuals, he introduced new techniques and concepts that expressed the Nicaraguan reality and Central American art forms. Grupo Praxis became the protagonists of the democratic process before and after the revolution.
Paisaje Azul I
Mixed media on canvas
51" x 43"
Basura
Mixed media on paper
10" x 14"
Little by little, they framed a society that would value cultural works. They spotlighted the nature and character of their country, the brilliant lake landscapes, the volcanoes, the atmosphere obscured by dust, the heat, urban scenes, and ways of living. They pictured the underdevelopment of Nicaragua, the repressive and reactionary state that characterized one of the largest Latin-American dictatorships.
Ar贸stegui works in series. One series was the human body, whole and separate, sometimes like cuts of meat on a table. In 1974, he painted the petro glyphs of pre-Hispanic cultures and then the ceramics of his country. Currently, working in his studio in Managua, he creates the lake and volcano landscapes. He is an energetic and gracious host. The long white studio is clean and inviting; the piles of recyclables are organized. Alejandro’s private collection symbolizes a complete representation of work and growth. He uses strange materials (sand, cans, bones, textiles) and he adheres them to the canvas with glues, varnishes, cement and asphalt. The predominant colors are monochromatic in the background and metallic finishes darken the rubbed and veiled areas. Sometimes he uses a pure white against a dirty black, fire red, sienna and ochre, the limited spectrum of colors used in pre-Columbian potteries. Other times blue, green and gray create the backdrop for the metallic illuminations.
Ford Fine Art in Delray Beach, Florida currently represents him in the United States. Occasionally a painting will show at auction, although recently two small works credited to Alejandro Ar贸stegui were not of his hand. Distinctions and honors start in 1971 and continue through 2008, for the support of Nicaraguan culture and in recognition for his work for the Institute of Hispanic Culture. Ar贸stegui is exhibited and collected worldwide: Museum of Latin American Art and the International Bank of Development in Washington DC, East Tennessee State University and Caroll Reece Museum in Tennessee, First National City Bank in New York, Museo Reyo in Columbia, Museo de Arte Costariccense, Museo de Arte Contemporaneo in Panama, Museo de Jose Luis Cuevas in Mexico, Instituto Israel-Ibero American in Jerusalem, and several museums and banks in Nicaragua.
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